¿Cómo construimos una comunidad resistente?
Las ACEs no son sólo un asunto privado o personal dentro de las familias. Los efectos de las ACEs impactan en todos y cada uno de nosotros.
Las ACEs no son sólo un asunto privado o personal dentro de las familias. Los efectos de las ACEs impactan en todos y cada uno de nosotros.
Todos tenemos el poder de combatir las ECA con sólo ser conscientes de la comunidad que nos rodea y comprender cómo las ECA pueden estar afectando a nuestros amigos y vecinos. En nuestra vida diaria formamos parte de múltiples redes: familias, vecinos, cuidadores, profesores, trabajadores sociales, guías espirituales, etc. Si cada uno de nosotros mira a las personas que nos rodean a través de la lente de las ECA y ofrece su comprensión, apoyo y orientación, podemos ayudar a construir niños más fuertes y resistentes y convertirnos en comunidades resistentes.
Todos los días se nos ofrecen oportunidades para marcar una pequeña diferencia en la vida de alguien a nuestro alrededor. Empieza por escuchar. ¿Está tu compañero de trabajo estresado porque su cónyuge está de baja? ¿Un niño que está de visita parece tener miedo de volver a casa? ¿Su alumno se comporta mal en clase? En lugar de juzgar la acción, considera lo que les ha ocurrido. Busca las oportunidades que tienes a través de tu red social para ayudar. La ayuda puede ser tan sencilla como ofrecer un oído para escuchar o fomentar un entorno de trabajo favorable a la familia. Puede significar ayudar a dirigir a las personas a los recursos para garantizar que se satisfagan las necesidades básicas o dar a un niño una salida para las interacciones positivas.